Comunicado de la Asociación y Fundación Andaluza del Dolor

Un paciente agredió el día 8 del presente mes por la mañana a tres médicos en la Unidad del Dolor del Hospital Puerta del Mar. El agresor fue detenido por la Policía Nacional en el propio centro.

El paciente que no estaba citado en la Unidad irrumpió en las consultas de la Unidad del Dolor y se abalanzó contra uno de los médicos, otros dos facultativos llegaron para intentar separar al agresor y, en el forcejeo, estos profesionales fueron también agredidos. Los tres médicos resultaron lesionados, con contusiones en distintas partes del cuerpo, y uno de ellos tiene una muñeca dañada.

Ante estos injustificables hechos la Asociación Andaluza del Dolor manifiesta que: rechazamos cualquier tipo de violencia contra el personal que trabaja en los centros sanitarios y reclamamos a la administración que se refuercen las medidas de seguridad para que podamos desarrollar nuestro trabajo confiados, tranquilos y seguros de que este tipo de sucesos no se van a volver a repetir.

Expresamos nuestra enérgica condena y repulsa . El acto de agredir a un profesional que se dedica a la mejora de la salud de la comunidad debe contar siempre con el reproche de toda la sociedad, en la medida en que empobrece la convivencia y dificulta el proceso de curación. Sólo desde la concienciación y el rechazo social a este tipo agresiones se puede y se debe contribuir también a dignificar la actividad de los profesionales sanitarios.

Condenamos cualquier tipo de violencia, tanto física como verbal, dentro o fuera de un centro sanitario, recordando que bajo ningún concepto o circunstancia puede justificarse este tipo de actuaciones Agradecemos la actitud de total respaldo y apoyo de las autoridades del Hospital Puerta del Mar y del SAS, así como del Colegio de Médicos y los sindicatos.

Porque cuidamos de ti; porque intentamos aliviar tu dolor; porque trabajamos las 24 horas, los 365 días del año para que tú y los tuyos ​tengáis salud. El respeto es fundamental en nuestro día a día. ¡No a las agresiones!.

Firmado
Asociación y Fundación Andaluza del Dolor

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Feliz Navidad y Próspero 2017

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La muerte de Prince: ¿fármaco peligroso o adicción?

LA MUERTE DE PRINCE: ¿FÁRMACO PELIGROSO O ADICCIÓN?

El pasado 21 de abril aparecía muerto Prince en extrañas circunstancias. El cantante de 57 años, inolvidable autor de “Purple Rain”, para mayor morbo y para fomento de diversas teorías conspirativas, yacía en un ascensor de su fabulosa mansión de Paisley Park, cerca de Minneapolis, su ciudad natal.

De forma inmediata se daba la noticia de que su fallecimiento había sido ocasionado por una sobredosis de un fármaco llamado “Fentanilo”,  y desatándose miles de especulaciones erróneas y  fantasiosas, comentarios osados trufados de ignorancias y diagnósticos basados en suposiciones superficiales e inconsistentes.

Intentemos poner un poco de orden y fundamento en la cuestión. El fentanilo se incluye en el grupo de los analgésicos opioides derivados de la fenilpiperidona. Es un agonista puro opioide que actúa por la interacción con los receptores mu opioides distribuidos por nuestro organismo. Su gran poder lipofílico le permite atravesar rápidamente las membranas celulares de la mucosa oral, alcanzando el torrente circulatorio. Por la misma razón atraviesa velozmente la barrera hematoencefálica distribuyéndose en cerebro, corazón, pulmón, riñón y bazo y más lentamente en músculos y tejido adiposo.

El Fentanilo fue sintetizado y desarrollado por el Dr. Paul Janssen en 1959 bajo patente llevada a cabo por su compañía Janssen Pharmacéutica. Debido a que su semivida de eliminación  es muy corta y la duración de su efecto analgésico  breve tras una dosis única intravenosa, durante décadas su uso ha estado confinado al quirófano para la analgesia intraoperatoria por  esta vía. Sin embargo, el desarrollo de nuevas vías de administración ha ampliado el campo de utilización en el dolor crónico y dolor irruptor (exacerbación transitoria en el contexto de un paciente con dolor basal controlado con opioide).

Aunque la vía transdérmica es de uso común en otro tipo de fármacos como los cardiovasculares y hormonales, el Fentanilo fue el primer opioide disponible por esta vía. Aprobado por la FDA en 1991 para el tratamiento del dolor crónico, en España se comercializó en Mayo de 1998. Siendo segura esta vía de administración, su lento pico plasmático lo hace inviable para el tratamiento del dolor agudo. Su forma de administración no invasiva de liberación rápida fue comercializada por primera vez en USA por la FDA, en 1993 como premedicación anestésica en niños, y  posteriormente en 1998 para el tratamiento del dolor episódico en pacientes oncológicos. Para tal uso  se aprobó en Gran Bretaña en 2001  y en otros 16 países europeos, incluido España, como citrato de fentanilo oral transmucoso (CFOT), unido a una matriz edulcurada con un vástago para su aplicación. La bondad  y eficacia del Fentanilo por vía transmucosa han sido tan espectacular que han proliferado diversas formas galénicas de citrato de fentanilo en el mercado similar a éste último: Comprimido Bucal d Fentanilo (CBF) , Fentanilo Sublingual (FSL) , Film Soluble Bucal de Fentanilo (FSBF) , Spray Nasal de Fentanilo  y Fentanilo Pectina Nasal (FPN).

En fin, el Fentanilo es un opioide con más de cincuenta años de historia, un viejo conocido de los anestesiólogos y actualmente muy usado en las Unidades del Dolor  para tratamiento del dolor crónico en forma de parches transdérmico de liberación retardada (es el opioide potente más prescrito en España) y en distintas formas galénicas de liberación rápida, como ya se ha comentado,  para tratamiento de las exacerbaciones agudas y transitorias  de dolor, conocidas como dolor irruptor.

Por tanto estamos hablando de un fármaco muy extendido en su uso y con una baja incidencia de complicaciones letales, al menos en España, aunque debe extremarse su control, especialmente,  en los modelos de liberación rápida, aunque resulta inverosímil pensar que con un uso adecuado, ponderado y racional  podamos tener un efecto tan deletéreo como el acaecido en el caso del cantante norteamericano.

En el trasfondo de este fatídico resultado se esconden dos circunstancias muy peculiares, una de carácter general y otra muy particular:  de una parte la compulsión de la sociedad norteamericana al consumo de drogas lícitas e ilegales (cada año mueren 15.000 personas a causa de una sobredosis en USA, siendo 4.000 las que fallecen por heroína y cocaína, pero la mayoría la causa es por analgésicos que precisan recetas oficiales).

Pero por otro lado está el componente individual. Prince padecía fuertes dolores de cadera y llevaba tiempo consumiendo de forma aberrante y desordenada cantidades notables de analgésicos. De hecho fue hospitalizado por una sobredosis de Percocet (compuesto de acetaminofeno y oxicodona) seis días antes de su deceso y días antes del fatal desenlace, el entorno del cantante solicitó ayuda a un afamado médico especialista en tratamiento de adicción quién pretendía deshabituarlo con Buprenorfina.

Por tanto no estamos ante el fallecimiento de un paciente por un efecto adverso de un fármaco, sino ante un caso de adicción a distintos fármacos, entre ellos distintos opioides potentes, entendiendo por adicción la instauración de una conducta de uso compulsivo; implicación excesiva y repetitiva en la búsqueda y administración (“craving” o avidez) de la sustancia de abuso; uso continuado, pese a ser consciente el sujeto del daño sanitario, laboral, social, familiar y abandono de sus obligaciones que le procura la droga.

Decía Theophrastus Bombart von Hohenheim (Paracelso) “ Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis.” Un cuchillo es un utensilio necesario en distintos órdenes de la vida, el hecho de que alguien lo utilice con fines criminales no debe redundar en rechazo a su uso ni en satanizar su empleo. Es un elemento indiscutiblemente útil que alguien ha utilizado desviando su empleo primigenio para obtener fines no deseados.

Lo mismo ocurre con el Fentanilo, es un opioide de eficacia contrastada y utilidad pública, su uso desordenado y compulsivo no nos debe llevar a la fácil postura de rechazarlo por peligroso  restringiendo sectariamente su prescripción,  sin valorar la bondad de sus efectos.  Siempre a nuestros pacientes debemos ponderar los beneficios y riesgos de la medicación opioide, aplicando de forma estricta los principios bioéticos de justicia, beneficencia y no maleficencia.

Recordemos finalmente lo que decía Sydenham, el Hipócrates inglés, hace ya cuatro siglos: “De los remedios que ha dado Dios al Hombre para aliviar su sufrimiento, ninguno es tan universal y eficaz como el opio”.

Ibuprofeno intravenoso para el tratamiento del dolor postoperatorio

Dossier Prensa AAD

Puede descargar el dossier de prensa “Ibuprofeno intravenoso para el tratamiento del dolor postoperatorio” pulsando aquí.

 

Otras terapias para el dolor

dolorlumbarVamos a comentar algunas terapias especiales que se aplican cuando los analgésicos junto con fisioterapia y otras medidas no dan el resultado esperado.

Estas otras técnicas deben ser aplicadas por especialistas en dolor en las Unidades de Dolor y, normalmente, en el ámbito hospitalario.

Neuroestimulación: Consiste en estimular la médula espinal o los nervios periféricos con impulsos eléctricos mediante un dispositivo que funciona con una pila implantada. Estos impulsos eléctricos bloquean la sensación de dolor. Pueden aplicarse a nivel de la piel en el lugar del dolor o implantado bajo la piel en la región del abdomen.

A estos dispositivos también se les llaman marcapasos del dolor.

Bloqueos nerviosos: Consiste en la aplicación de un medicamento, habitualmente un anestésico local, un analgésico opioide o corticoides mediante una inyección en el nervio del lugar del dolor.

En algunos casos esta técnica tiene un excelente resultado y elimina o reduce el dolor durante bastante tiempo; en algunos casos puede ser necesario mas de una inyección.

Fármacos vía intratecal: En este caso el fármaco analgésico se administra directamente al espacio que rodea la médula espinal (espacio intratecal) mediante una bomba que se programa para que vaya liberando el fármaco con la dosis y la frecuencia adecuada. El fármaco fluye mediante un catéter desde la bomba hasta el lugar adecuado.

Información seleccionada y resumida por Antonio Bustamante (antonio.bustamante@AAD.es)

Preguntas clave para describir su dolor a su médico

iStock_000013372209SmallDurante la visita a su médico tiene que estar en condiciones de describir la intensidad y la duración de su dolor.

La intensidad del dolor, leve, moderada o grave, puede ajustarse a una escala de 0 a 10. El cero es la ausencia de dolor y 10 es el peor dolor imaginable.

La duración es el tiempo que usted ha tenido dolor, si ha sido un episodio de dolor o si ha sido constante.

Hay algunas preguntas-respuestas que le ayudan a su médico a establecer un diagnóstico correcto y el mejor tratamiento para su dolor.

¿Cómo y cuándo comenzó el dolor?

¿Qué lo causó?

¿Comenzó poco a poco o de repente?

¿Dónde le duele? ¿puede señalar a la zona donde más le duele?

¿Se desplaza el dolor a otros lugares del cuerpo?

¿Cuándo le duele? ¿Empeora en ciertos momentos del día o después de algunas actividades concretas?

¿Cómo lo experimenta? ¿Es continuo o intermitente?

¿Tiene otros síntomas asociados con el dolor, como entumecimiento?

¿Qué es lo que empeora o mejora su dolor?

Además de esta información su médico puede realizar un examen físico completo para evaluar su condición física o efectuar algunas pruebas adicionales que le ayuden a establecer un diagnóstico.

Es importante ser honesto y sincero acerca de su dolor. No lo minimice porque no quiera ser una molestia, o sienta que debe ser capaz de “aguantarse”. Tampoco debe exagerar el dolor, por miedo a no conseguir la ayuda que necesita.

Información seleccionada y resumida por Antonio Bustamante (antonio.bustamante@AAD.es)